Vocaciones

¿Qué es la vocación religiosa?

Es la inquietud que se siente en el corazón por servir al Señor, por amarlo a él por encima de todas las cosas, y hacerlo realidad en medio de una vida consagrada a su servicio. Todo comienza con el llamado interior que Dios te hace en lo más profundo de tu corazón, poco a poco se convierte en un deseo irresistible que está muy por encima de los sentimientos y emociones humanas. Hasta que llega el momento de discernir, es decir que debes pedirle a Dios que te indique el camino, la manera y el lugar donde él quiere que le sirvas.

Requisitos para ingresar

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Inquietud por el seguimiento de Cristo en la vida religiosa.

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Actitudes para la vida comunitaria, estudio, oración.

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Ser mayor de edad (18 años), presentar documento de identidad.

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Haber recibido los sacramentos de Bautismo, Comunión y Confirmación.

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Buena salud física y mental.

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Sincero deseo de vida cristiana en la vida religiosa Mercedaria Misionera.

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 Espíritu de iniciativa, colaboración y trabajo en equipo.

La Religiosa Mercedaria Misionera

Desde su consagración bautismal, y gracias al don del Espíritu Santo, la persona consagrada responde libremente y con amor a la llamada de Dios Padre para seguir a Jesucristo Redentor. Este seguimiento implica configurarse con Él, adoptando su modo de vida en virginidad, pobreza y obediencia, como expresión de entrega total. De este modo, se convierte en un signo elocuente y profético del Reino de Dios, una presencia viva que interpela a la Iglesia y al mundo con su testimonio de fe, esperanza y caridad.

Señor…¿Qué quieres de mí?

Si sientes en tu corazón la invitación de Jesús que te dice Sígueme…. entonces quiere decir que Él te está llamando a una vocación específica: Consagrarte a el, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas.

Pero, si, además te sueñas entregando tu vida por los niños, niñas, jóvenes y mujeres maltratadas que sufren todo tipo de opresión que atentan contra su dignidad e impiden la aceptación de la fe o provocan su pérdida, viviendo en fraternidad en una comunidad de mujeres libres, felices y realizadas, entonces quiere decir que Jesús liberador te está llamando a seguirlo con el estilo de Lutgarda Mas i Mateu y primeras hermanas Mercedarias Misioneras.

6 Criterios para descubrir tu Vocación

1. Orar

La Vocación no es sólo lo que tú quieres ser y hacer, es ante todo lo que Dios quiere que tú seas y hagas; no es algo que tú inventas, es algo que encuentras; no es el proyecto que tú tienes sobre ti misma, es el proyecto que Dios tiene sobre ti y que tú debes realizar.

Por eso, para descubrir tu vocación, lo primero que debes hacer es dialogar con Dios, pues sólo en la oración podrás encontrar lo que Dios quiere de ti.

2. Percibirte

Ve tu historia. ¿Por cuál camino te ha llevado Dios? ¿Cuáles son los acontecimientos más importantes de tu vida? ¿De qué manera Dios ha estado presente o ausente en tu vida? ¿Qué personas concretas han sido significativas para ti? ¿Por qué?

Contempla el futuro. ¿Qué experimentas al pensar en la posibilidad de consagrar tu vida a Dios? Tienes sólo una vida, ¿a qué quieres dedicarla por completo?

3. Informarte

No es suficiente querer entregar tu vida a Dios y desear dedicarte al servicio de tus hermanos. Es necesario saber dónde quiere Dios que tú lo sirvas; por ello debes mirar con cuál comunidad y con cuál carisma te sientes más identificada, pues no es lo mismo una congregación contemplativa, que una de vida apostólica.

Asimismo, debes tener un conocimiento de su misión en la Iglesia, y por medio de cuáles actividades apostólicas pretenden realizarla: misiones, educación, dirección espiritual, promoción vocacional, obras sociales … y pensar también a cuáles destinatarios quienes entregarle la vida: enfermos, niños y niñas, jóvenes, mujeres maltratadas ….

4. Reflexionar y confrontarte

La vocación es tu proyecto de vida, tu felicidad; ¡y es para toda la vida! Por eso, no te puedes lanzar a ella sin antes haber reflexionado seriamente, y con la debida calma, sobre ti y sobre la vocación que pretendes seguir.

Por ello, debes reflexionar sobre cuáles son tus capacidades y limitaciones; serás capaz de ser fiel a los compromisos que implica la vocación; en qué signos concretos te basas para pensar que Dios te llama; que es lo que más temes de la vocación; cuáles son las razones en favor y en contra que tienes para emprender ese camino; qué es lo que te atrae de ese estado de vida.

5. Decidirte

Una vez que vayas descubriendo qué es lo que Dios quiere de ti, no te queda sino dar el paso, decir «sí», decidirte a seguir a Jesús. Tomar tal decisión es difícil.

Ante la opción sentirás miedos, incertidumbres y limitaciones, pero una vez que le respondas al Señor, Él te dará la gracia de permanecer firme en tu decisión.

6. Actuar

Ahora, seguramente, se te presentarán tentaciones, dificultades, críticas u otro tipo de oportunidades, pero debes buscar mucho al señor en la oración para permanecer fiel al proyecto de Dios.

Por otra parte, debes vivir todo momento en coherencia con lo que has decidido; cada paso debe ir dirigido hacia la meta.

¿Haz sentido el llamado de Dios en tu vida? Escríbenos

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